La diabesidad dispara el riesgo cardiovascular
Las personas con obesidad y con diabetes tipo 2, diabesidad, tienen un riesgo elevado de enfermedad cardiovascular. Es imprescindible implantar un abordaje coordinado para controlar dicho riesgo.

La diabesidad es un término empleado para referirse a la presencia de diabetes tipo 2 en personas obesas, una combinación de dos factores de riesgo negativa para la salud cardiovascular.
En muchas ocasiones, no hay una clínica aparente y otras veces el paciente refiere los síntomas clásicos de exceso de sed, aumento de orina, pérdida de peso, cansancio,…
El diagnóstico es sencillo. Una analítica y la valoración del peso, altura e índice de masa corporal sirven para dar un diagnóstico. Aunque con el uso de técnicas de composición corporal se consiguen resultados más certeros relacionados con la obesidad.
Pautas farmacológicas
Una vez se ha realizado un abordaje nutricional, junto con un adecuado plan de actividad física, se pueden considerar tratamientos farmacológicos, técnicas endoscópicas o la cirugía metabólica o bariátrica, según cada paciente.
En el caso concreto de la terapéutica antidiabética, las recomendaciones actuales favorecen el uso de fármacos antidiabéticos que también tienen un efecto beneficioso a nivel ponderal, consiguiendo descensos de peso significativos en un porcentaje elevado de pacientes.
Es importante prevenir la obesidad, y con ello el desarrollo de diabetes tipo 2, que puede derivar en otras patologías, como las enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, infartos de miocardio, enfermedades cerebrovasculares, miocardiopatías…
Relación estrecha
La diabetes es una enfermedad metabólica que tiene una relación directa con la enfermedad cardiovascular, que llega a ser la principal causa de muerte de las personas con diabetes 2.
Si con las modificaciones en el estilo de vida y el ejercicio físico no se consiguen los objetivos marcados, hay que comenzar los tratamientos farmacológicos adaptados a la vida de cada paciente.
El farmacéutico, desde su condición de profesional sanitario, ejerce un papel primordial en el seguimiento del tratamiento del paciente diabético. Además, puede ser pieza clave en su educación para la salud.
Educación sanitaria
Pueden hacer hincapié en que el paciente comprenda todo lo relativo a su enfermedad, y a su medicación, y la importancia de la adherencia terapéutica.
Desde la farmacia se puede incidir no solo en la prevención de riesgos vinculados a la medicación, sino también en la detección de problemas que el enfermo no siempre relaciona con su enfermedad.
Por eso, la farmacia ocupa un lugar estratégico en el mapa sanitario, y puede ofrecer ayuda diaria a la población que tiene problemas de sobrepeso, tanto para el control de su enfermedad como para implantar las medidas de prevención adecuadas.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina General José María Fernández Toro, José María Villanueva Rebollo y Juan Jesús De Tapia Polo, del Centro de Salud Zona Centro, en Cáceres.